✉️ #5 ❤️ 2022
Hace unos días, mientras preparaba mi lista con mis películas favoritas de 2022, me di cuenta de que llevo diez años usando Letterboxd.
Si no sabes qué es Letterboxd creo que la mejor forma de explicártelo es con la definición que sus creadores utilizan: una comunidad global de amantes del cine. Su funcionamiento es sencillo. Letterboxd dispone de una base de datos en la que cada película cuenta con su propia ficha, que incluye información sobre su reparto y equipo, en qué plataforma se puede ver y cuántos usuarios de la plataforma la han visto, junto a las valoraciones y reseñas que le hayan podido dejar. Más allá de por toda esta información, me gusta mucho Letterboxd por las estadísticas personales que genera, por los fabulosos resúmenes anuales que su equipo elabora a partir de la actividad de todos sus usuarios y por sus listas, que sirven para descubrir cosas como que hay suficientes películas en las que de repente aparece Matt Damon como para que se pueda hacer un ciclo con ellas.
Mi actividad en Letterboxd es muy discreta. Por poner un símil cinematográfico, si me presentase al casting de una película de Alfred Hitchcock, me darían antes el papel de James Stewart en La ventana indiscreta que el de Cary Grant en Con la muerte en los talones. Un James Stewart mucho menos atractivo y carismático, pero ya me entiendes. Yo en Letterboxd soy más voyeur que hombre de acción.
Visito la plataforma para leer qué cuenta la gente a la que sigo de todo lo que van viendo, para descubrir nuevas películas y apuntar las que, por cualquier motivo, me llaman la atención y me gustaría ver. No reseño, valoro, ni comento. En mi caso, utilizo Letterboxd como un diario de todo el cine que veo. Cada vez que añado una película la etiqueto con la plataforma, cine o festival en la que la he visto, lo que me permite saber que las plataformas que más he utilizado para ver películas estos últimos diez años han sido Movistar+, Filmin y Netflix, que el cine al que más veces he ido desde que uso Letterboxd ha sido el Yelmo Ideal o que la última vez que fui al festival de Sitges vi estas películas.
También tengo instaurada la tradición anual de seleccionar mis 20 películas favoritas de entre todas las que veo cada año. No importa si se han estrenado ese año o no, como ya habrás podido comprobar si has consultado la lista que enlazaba al comienzo de esta carta. Lo que busco es convertir ese listado en una pequeña cápsula del tiempo que me recuerde cuál fue el cine que más disfruté cada año. Las películas que selecciono no están ordenadas por orden de preferencia excepto el primer puesto, que lo reservo siempre para la que más me ha gustado. Revisando las listas que he confeccionado hasta el momento, mis diez últimas películas favoritas serían estas:
Aunque como pasa siempre con todos los listados, si tuviera que elegir ahora mi favorita de cada año es muy probable que la imagen que puedes ver aquí arriba cambiase. Echo en falta, por ejemplo, que no aparezca Under the Skin, seguramente mi película favorita de lo que llevamos de siglo. Pero tiene sentido que no esté, porque la vi en 2014 y por eso escogí The One I Love frente a cualquiera de todas las que vi ese año. En aquel momento estaba devorando todo el cine mumblecore que podía encontrar y siguiendo la carrera de sus principales cineastas, por lo que cualquier película escrita, producida o interpretada por los hermanos Duplass, Joe Swanberg, Greta Gerwig, Lynn Shelton o Aaron Katz tenía toda mi atención.
Creo que ese es el principal valor que tienen para mí estos listados personales. Me sirven para recordarme y comprenderme. Para darme cuenta de quién fui y de qué pasaba por mi cabeza en el momento en que vi todas estas películas. Y también he podido comprobar que, por uno de esos caprichos de la memoria, me resulta ridículamente fácil mirar en Letterboxd en qué fecha agregué cualquier película y recordar muchas cosas asociadas al momento en que la vi. A falta de un diario más al uso en el que apunte las cosas que hago, estos diarios cinematográficos cumplen la misma función.
Por este motivo he decidido convertir la segunda mitad de esta carta en un repaso a algunas de las obras con las que, dejando el cine al margen, más he disfrutado este año que hoy termina. No será un listado exhaustivo que sirva para resumir la inabarcable producción cultural de los últimos meses, ya que no he visto, escuchado o leído todo lo que me gustaría. Tampoco es lo que pretendo. Lo único que busco es hacer un ejercicio parecido al que ya hago en Letterboxd, para que, más allá de que puedas descubrir algo que te pueda interesar mientras me lees, si algún día regreso a esta carta me sirva para recordar. Por eso voy a dejar de dirigirme a ti para hablarme a mí, como si le escribiera a algún Manuel Bartual del futuro. Espero que no te importe.
❤️ 2022
En 2022 te bastaron un par de capítulos de For All Mankind para engancharte a esta ucronía que imagina cómo habría sido la carrera espacial si los rusos hubieran sido los primeros en pisar la Luna. Viste sus tres temporadas, y poco después decidiste solucionar esa cuenta pendiente que tenías con The Handmaid's Tale y ver por primera vez todos sus capítulos. Mereció la pena. Te gustó mucho el trabajo de Elisabeth Moss en la serie, primero como actriz y después como directora de algunos de sus capítulos más memorables.
En general, en 2022 viste más series que películas, pese a que los televisores que pasaron por tu casa no te lo pusieron fácil: el que te acompañó durante el último par de mudanzas decidió dejar de funcionar en verano, y el que compraste para sustituirlo se estropeó no una ni dos, sino hasta tres veces antes de conseguir que te devolvieran el dinero para comprarte otro. En los ratos en los que sí tenías una tele funcionando en casa te divertiste con la aventura pocha de Juan Diego Botto en No me gusta conducir de Borja Cobeaga, te gustó el trabajo de adaptación que Carlos de Pando, Sara Antuña y Eugenio Mira hicieron en ¡García! con el cómic de Santiago García y Luis Bustos, y cuando leas esto seguramente todavía te estés preguntando si The Rehearsal de Nathan Fielder es una comedia, un drama, tu performance televisiva favorita, todo a la vez o algo mucho más complejo. Y hay tres series que te gustaron especialmente, las tres estrenadas a lo largo de 2022.
La primera es Severance, que más que una serie se convirtió en tu última obsesión. Cuando viste su tráiler el día en que estrenaron sus dos primeros capítulos lo único que podías hacer era preguntarte por qué Ben Stiller había dirigido una serie pensando en ti. Todo en Severance te gusta. Su concepto, sus personajes, su fotografía, su diseño de producción y ese tono entre drama y comedia tan extraño. En 2022 pensaste en Severance más veces de las que nunca admitirás. Y aunque a Ben Stiller no le gusta demasiado esta comparación, te resulta fácil pensar en Lost cuando piensas en Severance. Temática y visualmente no tienen nada que ver, pero ambas comparten un halo de misterio construido a base de respuestas que te llevan a nuevas preguntas, lo que te devolvió aquella fascinación que te provocaba la historia de los supervivientes del Oceanic 815. Dan Erickson, creador de la serie, aseguró en un AMA que concedió en Reddit que la historia está bien planificada y que nada de lo que sucede en Severance es al azar. A ti esto te pareció estupendo, pero tú lo único que quieres es que Irving y Burt tengan un final feliz.
La segunda serie es Peacemaker, el spin-off de El escuadrón suicida de James Gunn. Cuánta diversión y qué bien funciona todo en esta serie, empezando por ese bailongo opening que tiene como clara declaración de intenciones. Te encantó el modo en que combina toda esa comedia a base de chistes bobos con su parte más dramática, sus giros, su acción de tebeo y su fabuloso casting, con mención especial a lo que Freddie Stroma hace con el Vigilante. Todo en la serie desprende un amor infinito por el material en el que se basa, incluso cuando reinventa por completo a sus personajes. Hay que tener mucho olfato para comprender las posibilidades de esa parte del universo DC que la serie adapta, lo que te dejó con mucho interés por ver qué hace James Gunn ahora que le han dado las llaves para conducir todo su universo cinematográfico.
Y la tercera serie que más recordarás de 2022 es La ruta, creada por Borja Soler y Roberto Martín Maiztegui y ambientada en los años de la Ruta Destroy que puso a Valencia a bailar. Su dispositivo narrativo te llamó la atención desde el primer momento: contar la historia de un grupo de amigos hacia atrás, comenzando en 1993 y terminando en 1981. Un viaje de la oscuridad hacia la luz, con una cuidadísima gestión de las expectativas que te va generando según avanzas (retrocedes) por su historia y vas conociendo a sus personajes. La ruta huye del revisionismo nostálgico para ofrecer un retrato generacional que tiene a la movida valenciana como telón de fondo, pero también como refugio y vía de escape para sus protagonistas. Te entusiasmó el trabajo del grupo de actores que les dan vida (qué brillante Àlex Monner construyendo a todos los Marc Ribó que conocemos a lo largo de la serie), te encantó el trabajo de Borja Soler, Belén Funes y Carlos Marqués-Marcet a la dirección y te fascinaron sus coqueteos con el realismo mágico, ya sea a través de fantasmas en aeropuertos y carreteras o cartones de bingo enterrados en la arena valenciana.
En cuanto a lecturas, la novela que más disfrutaste en 2022 está ambientada en el mismo marco temporal que La ruta pero tiene un tono, una intención y un escenario muy diferente. Comienza así:
Son las primeras líneas de Guía del club de lectura para matar vampiros, la tercera novela de Grady Hendrix que lees tras El exorcismo de mi mejor amiga (que es algo así como mezclar El exorcista con las revistas para adolescentes de los años ochenta) y Horrorstör (que podría resumirse en tres palabras: Cthulhu en IKEA). Guía del club de lectura para matar vampiros fue la novela que salvó tu verano y la que más te ha gustado de las tres que has leído de Hendrix, una novela que su autor resume muy bien en este fragmento de la nota que incluyó antes del prólogo: «Con este libro he querido confrontar a un hombre libre de toda responsabilidad, pendiente únicamente de saciar sus apetitos, con un grupo de mujeres cuyas vidas están conformadas por infinitas responsabilidades. Quería enfrentar a Drácula contra mi madre».
Ficción al margen, también te gustó (es un decir, porque el escenario que dibuja es desolador) Contra el futuro de Marta Peirano, y gracias a La reescritura infinita de Enric Albero pudiste asomarte al proceso de trabajo de los y las guionistas que participan en este libro de entrevistas. No solo eso: también te sirvió para comprender mejor la historia, funcionamiento y escenario actual de la industria televisiva española desde el punto de vista de la creación. Aunque es muy probable que la lectura que más recuerdes de 2022 tenga de protagonista a un perro. Concretamente, a un perro policía.
Policán (Dog Man en el original) es uno de los cómics más vendidos del mundo. En realidad, también es uno de los libros más vendidos. La primera edición americana de sus últimas entregas fue de cinco millones de ejemplares, así que te acercaste a las aventuras de este hombre-perro policía con mucha curiosidad. Lo que encontraste fue mucha diversión, concretamente ese tipo de diversión alocada y despreocupada que los niños disfrutan mejor que nadie, y una serie de personajes que da gusto verles crecer a lo largo de los volúmenes. La habilidad de Dav Pilkey para emocionar cuando menos te lo esperas es asombrosa, pero si te acordarás de Policán será, sobre todo, porque se convirtió en la primera lectura de la persona más joven que vive en tu casa. Verle devorar todos sus libros para luego releerlos con él fue una de las mejores cosas de 2022, pero también de toda tu vida.
Otras lecturas con viñetas que te gustaron fueron cómics y novelas gráficas como Dragman de Steven Appleby, Clase de actuación de Nick Drnaso, Upgrade Soul de Ezra Claytan Daniels, Fantastic Four: Full Circle de Alex Ross, Diosa de Aude Picault o Paper Girls de Brian K. Vaughan, Cliff Chiang y Matt Wilson.
2022 ha sido también el año en que decidiste darle una segunda oportunidad a The Edge of Sleep, y te alegraste mucho de hacerlo. En el primer intento de escuchar este podcast de ficción creado por Jake Emanuel y Willie Block con Markiplier de protagonista no pasaste de sus primeros minutos, pero cuando en verano volviste a darle al play y terminaste su primer capítulo, no tardaste en escuchar su primera temporada. Las historias funcionan así: a veces no son ellas, eres tú. Encontrar el momento idóneo para verlas, leerlas o (como en este caso) escucharlas es importante.
The Edge of Sleep es el tipo de ficción sonora que más te gusta: parte de un concepto muy potente (un vigilante nocturno descubre que toda la gente que se echó a dormir la noche anterior ha muerto) y te invita a imaginar toda una serie de situaciones y escenas que no por carecer de imágenes son menos visuales. No fuiste el único al que ha debido de pasarle con este podcast, porque al poco de terminar su primera temporada, leíste que ya está en desarrollo su adaptación televisiva.
También disfrutaste mucho con el guion y las ideas de La firma de Dios, el último podcast de José Antonio Pérez Ledo. Te encantó seguirlo semana a semana y teorizar sobre cuál podría ser el siguiente giro de su historia. Y hubo un tercer podcast que seguro recordarás: Let's Make a Sci-Fi, en el que los cómicos Ryan Beil, Maddy Kelly y Mark Chavez se embarcan en la misión de escribir el piloto de una serie de ciencia ficción, entrevistando por el camino a diferentes guionistas, directores, actores y productores. Fue muy divertido escucharles mientras iban dando forma a la historia que terminarían escribiendo, y gracias a la cercanía que transmiten estas historias contadas al oído, llegaste a sentirte casi como uno más en mitad de su tormenta de ideas.
2022 ha sido también el año en que estrené Blum, la segunda ficción sonora que escribo con Carmen Pacheco y la primera que dirigimos juntos. Ya hablé de Blum en esta otra carta. Fue una suerte sacar adelante este proyecto con todo el equipo que puedes ver en la foto de arriba, y desde que estrenamos, Blum no ha dejado de darnos alegrías. La última es todavía secreta pero ya te adelanto que nos hace mucha ilusión. La desvelaremos pronto, cuando estrenemos a comienzos de enero un episodio especial que hemos grabado contando su proceso de creación. Si no te lo quieres perder, puedes estar atento a mi Twitter y a mi Instagram o a las redes de El Extraordinario.
Esto es todo por hoy. Espero que hayas tenido un buen 2022 y tengas por delante un fabuloso 2023. Si has leído todo esto sin estar suscrito y te gustaría recibir cartas como esta en tu correo, puedes apuntarte desde aquí. Y si quieres compartir esta carta en tus redes sociales, puedes utilizar este enlace. ¡Gracias por leer hasta aquí!